viernes, 23 de marzo de 2007

Tres años y pico

Hace tres años y pico me levanté y puse la televisión y se me quitaron las ganas de hablar. Normalmente soy de los que cuando me despierto no soy persona hasta que pasa un tiempo, pero esto era distinto. Era un desastre, y muy cerca. A un puñado de kilómetros, un grupo de fanáticos en nombre de un Dios decidieron que lo mejor que podían hacer esa soleada mañana era matarse y matar cuantos más inocentes mejor.

(Que yo me pregunto qué pensara ese Dios de todo esto... no le tiene que hacer mucha gracia... casi mejor sigo siendo ateo, así tengo un motivo menos para odiar).

Se me quitaron las ganas de ir a la universidad. Fuera la vida se paraba como esos trenes que nunca llegaron a su destino.

Ha pasado el tiempo y de aquello solo queda el rencor convertido en arma política. Periódicos y radios nos han enviado mensajes alarmistas y conspiranoicos dignos de una buena novela de espías. Dentro de unos años echaremos la vista atrás y nos reiremos a gusto de las tonterías que están intentando que nos traguemos. Estos vendedores de humo son como ese niño repelente de clase que no puede permitir que otro saque mejor nota que él, así que usa sus armas para hundir a su adversario. Pero los hechos son los hechos, y las conjuras para los necios.

De lo que sí que no me río es de que salgan a la calle como abanderados de las víctimas del terrorismo y, cumpliéndose tres años de la masacre de Madrid, no tengan ni una sola palabra de recuerdo. Parece que las únicas víctimas rentables políticamente para la derecha son las de ETA, y de las de los trenes de Atocha cuanto menos se hable mejor. Despreciable y asquerosa forma de tratar el dolor de las personas como rédito electoral.

Los hechos son los hechos. Seguirán hablando de conspiración, seguirán vendiendo humo para ocultar otras realidades.

Lo cierto es que esa mañana la sangre nos salpicó a la cara. La misma sangre que salpica a diario a muchos millones en el mundo. No lo olvidemos. Ese mismo dolor sigue vivo en otras partes mientras aquí se habla de si tal persona come o no. Seamos serios y consecuentes con lo que sentimos aquel día y hagamos por una vez un ejercicio de empatía. Tratemos de ponernos en el lugar de esas personas que pierden seres queridos a diario a causa del fanatismo de uno y otro color.

Hay vida y muerte en otras muchas partes del planeta, por si a alguien se le había olvidado.





BSO Rai Doriva e As Ferreiro - Toxicosmos

lunes, 12 de marzo de 2007

Cuarentenas

Saludos a mis tan escasos pero valiosos lectores (¿relamente hay alguien ahí?). Ya sé que esto es un blog, ya. Pero mira, uno que tiene la vida agitada... o por lo menos estas dos semanas lo han sido.

Para el amante de las excusas diré que he estado ocupado en muchas y diversas cosas.
Para el amante del cine, que he estado trabajando en un proyecto que siempre he querido llevar a cabo.
Al incrédulo le diré que varias fotografías mías han sido expuestas en el Musée de l'Elysée de Lausanne (Suiza).
Y al astrólogo le diré que como buen Géminis las últimas semanas me he dejado llevar por el alter ego lunático que habita en mí y despierta todas las lunas llenas. Y si a eso le unimos un eclipse lunar reciente...

Para todos los demás y todas las demás, que vivís y trabajáis donde podéis, os diré que he dejado mi trabajo, tengo un trabajo nuevo y el proyecto en el que participo ha encontrado un impulso fuerte que nos ilusiona a todos los que trabajamos en él. Total, que tanta actividad física y mental enfocada me ha dejado en cuarentena creativa.

Además, un fantasma recorre los lugares donde trabajo. El fantasma de los 40 principales. Y tengo miedo. Dicen que una mentira repetida mil veces se transforma en verdad. De la misma manera que una canción que odias, pesada por insustancial, se transforma en algo que tarareas y que incluso cantas a pesar de que en lo más profundo de tu ser imaginas mil maneras diferentes de acabar con su vida... artística.

Los 40 se repiten tanto como un plato de fabada un día de agosto. Vuelvo hasta de mala leche a casa. Estoy harto de tanta monotonía musical, de tanta incapacidad de sorprender.

Digamos no a las cuarentenas impuestas en las oficinas españolas. Otra música es posible.


BSO Nacho Vegas - Serie Negra