miércoles, 24 de enero de 2007

El árbol de Ricardo

Ha muerto Ryszard Kapuściński, o Ricardo, como firmaba las cartas que escribía a sus amigos castellanohablantes. Tenía 75 años y estaba enfermo, y pasó su último día en su casa de Varsovia.

Ricardo, con su genial libro Ébano, metió África en mi casa. Me hizo partícipe de los muchos golpes de estado, revoluciones y guerras de las que fue testigo durante esa media vida que pasó en ese continente. Ricardo hizo lo que nadie había hecho hasta el momento: mezclarse con la gente más pobre del mundo, vivir en sus casa, escuchar sus historias y contarlas sin entrar en ningún tipo de valoración. Las noticias tenían cara en las masacres de Ruanda o Burundi, en las hambrunas de Etiopía, en la malaria. Su vida fue un ir y venir de suburbio a suburbio, de desierto a selva, siempre entrando allí donde ningún europeo se atrevía. Hasta cuatro veces estuvo condenado a muerte por distintas dictaduras. No se callaba nada.





Contaba Ricardo en Ébano que la vida en África es siempre un árbol. Un árbol en el desierto, o en la sabana, quiere decir un refugio para esas horas del día en el que el sol se convierte en un asesino, cobijo de las tormentas. Un árbol es un punto de reunión de las familias, donde se benefician de su sombra para comer y donde las historias de los ancestros siguen viviendo de generación en generación. La vida de los africanos pasa bajo un árbol.

Quizás en este momento, debajo de un árbol, un anciano cuente a su nieto la historia de Ricardo.


BSO Cesária Évora - Sodade

1 comentario:

Ana Caio dijo...

Cesária Évora es de verdad una grande cantante :)